Clinique es la marca a la que primero me acerqué en esto del cuidado facial, básicamente porque tanto mi madre como mi abuela han sido siempre grandes fans de la marca. Así que cuando la niña quiso empezar a cuidarse la cara, pues el primer set que recibió fueron los famosos 3 pasos de Clinique.
Ha llovido mucho desde entonces pero lo que nunca ha cambiado ha sido la fascinación que sentí desde el primer momento con este tónico que me limpiaba la cara de manera increíble y me dejaba una sensación refrescante. Hace años, la moda del tónico para equilibrar el ph de la piel no estaba tan en boga y las formulaciones con alcohol no estaban tan mal vistas como hoy en día pero a mi este producto me sigue pareciendo lo más y lo sigo comprando año tras año por mucho alcohol que contenga.
Yo uso el número 3, para piel grasa, que siempre me ha gustado mucho más que el número 2 que es para pieles normales a mixtas y que en teoría debería ser el mío. La marca lo define como un producto que libera la piel de la suciedad, exceso de grasa, contaminación y células muertas. Minimiza los poros. La piel absorbe mejor su tratamiento y se vuelve más resistente a las impurezas. Se encuentra más sana y más joven. Reformulada por dermatólogos para lograr la máxima comodidad en tu piel, sin secarla.
La sensación que deja principalmente es de piel refrescada y limpia, y es a mi eso lo que me enamora. Reseca la piel, sí, la piel se queda tirante y más te vale aplicar el sérum rápidamente después (no sé si pasa también en el de pieles secas, hablo del que uso yo). Al llevar alcohol su función no es equilibrar el ph como un tónico al uso, sino más bien limpiar y exfoliar el rostro. Se aplica con un algodón por todo el rostro. Personalmente no me gusta eso de aplicar el tónico con las manos, pero es cuestión de gustos, aunque este es de los de algodón necesario.
Según me he ido haciendo mayor y he investigado más sobre las propiedades y usos de los tónicos he dejado de usar esta loción clarificante de manera exclusiva y simplemente la uso una vez al día; si me la aplico por la mañana, la combino por la noche con un tónico más suave y más equilibrante. Además, intento evitarlo si voy a usar algún tipo de acido tipo retinol, con el que prefiero tónicos más hidratantes. Pero más allá de estos pequeños cambios, esta loción lleva conmigo unos 20 años y conmigo seguirá.
Puede comprarse en muchísimos sitios, desde Sephora hasta Douglas, Primor... y tiene dos formatos: el de 200 ml que cuesta unos 25€ y el de 400 ml que cuesta unos 39€. Con respecto al precio, este es el precio recomendado pero siempre se pueden encontrar un poco más baratos o buscar ofertas. Para mí un clásico que me acompaña desde siempre.
*Información del producto sacada de la web de Clinique
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