La marca la define como una mascarilla facial con una potente formulación de arcilla natural y extracto de plátano amarillo. Con solo una aplicación elimina las impurezas del rostro, los restos de maquillaje y la suciedad de los puntos negros, equilibrando el rostro y evitando los brillos y la reaparición de grasa. Se usa una vez a la semana aplicando una capa generosa del producto por todo el rostro, evitando el contorno de ojos y se deja actuar durante 15 minutos o 10 si tienes el cutis sensible; después se retira con abundante agua.
Yo la he estado usando el último mes, una vez a la semana, ya que mi muestra de 15 ml me ha dado para usarla bien durante 4-5 aplicaciones. No es la mascarilla con la que haya notado que la piel se me haya quedado mejor, pero si que la siento más limpia y que me ayuda con las imperfecciones. Estas últimas semanas tengo la piel un poco peor, me salen más granitos de lo normal, y si que noto que esta mascarilla me ha ayudado un poco a controlar y eliminar estos granitos.
Mi principal problema con ella es el olor, me huele a barro podrido o algo así y el color mezcla de arcilla con plátano da lugar a un marrón amarillento que te deja la cara echa un cuadro. Pero eso no importaría si me dejase el rostro fenomenal, podría incluso aguantar el olor que me parece muy desagradable, pero lo cierto es que los resultados no son nada especial y prefiero otro tipo de mascarillas. No repetiré
*Información del producto sacada de la web de Birchbox
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