Hoy vamos con un pequeño review del Agua Micelar de La Roche-Posay para pieles sensibles. Esta marca es de las que se vende en farmacias y parafarmacias y, aunque no es una de mis marcas de referencia de esta gama, ya que suelo preferir tanto Isdin como Eucerin, las cosas que he probado en el pasado me han gustado.
En la web de la marca no viene mucha info, pero indican que es apta para pieles sensible. Elimina perfectamente el maquillaje, las impurezas y la suciedad dejando la piel limpia y fresca sin resecar y aportando una sensación de frescor. Además no contiene jabón, colorantes, alcohol ni parabenos.
La muestra que tengo es de 100 ml, lo suficiente como para probar el producto durante unas cuantas semanas y hacerme una idea de su efectividad. El tamaño real es de 200 ml y se puede comprar en muchos sitios, entre ellos Lookfantastic por 14,45€.
En general el producto me ha dejado un poco fría. Limpia y desmaquilla la piel, efectivamente, y no la deja excesivamente reseca después, no te tienes que aplicar corriendo el siguiente paso al notar el rostro tirante. Sin embargo, aunque desmaquilla bastante, no deja el rostro 100% libre de maquillaje, deja algún resto y tienes que dar unas cuantas "pasadas" con el algodón para asegurarte que quede el rostro limpio y aun así no queda al 100%
En mi caso los ojos no me los desmaquilla nada bien y me deja muchísimos restos, lo usé un par de veces pero como me los dejaba tan mal he preferido dejar este agua micelar sólo para el rostro y usar un producto especifico para los ojos que me retirase la máscara de pestañas un poco mejor.
He probado aguas micelares mejores de otras marcas y esta no la recomiendo especialmente, no es nada del otro mundo y no me gusta demasiado como deja el rostro tras la limpieza. Es un no.
*Información del producto sacada de la web de la marca
Este blog está dedicado a una de las grandes diversiones de este mundo, ¡la cosmética! Compartiré mis experiencias con los distintos productos que voy probando, mis tops de imprescindibles y por supuesto, ¡los grandes desastres que no volveré a usar jamás!
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